domingo, 28 de junio de 2015

Los castaños milenarios de El Temblar

La senda es suave y con una primavera amable, donde pastan las vacas y van dejando sus boñigas como mojones que nos marcan el camino hacia el riachuelo donde medran los cinco grandes castaños en pleno Valle de Ambroz, al Norte de Cáceres.


Una de las delicias botánicas más singulares que se pueden disfrutar en España: los castaños de El Temblar, a los que se accede a través de una senda de 4 kilómetros, partiendo del pueblo Segura de Toro, famoso a su vez por el toro celta de época de los vetones y los restos de un fortificado castillo de los templarios.
El autor del reportaje con el castaño milenario, uno de los cinco de este grupo de árboles singulares protegidos
El biólogo Antonio Gentil ha estudiado estos parajes imponentes y venerables. En la foto, el biólogo con María Gómez Bazo y Martín, un joven estudioso de la naturaleza


Estamos rozando la frontera de la provincia de Salamanca y rodeados de verde. A diferencia de Las Hurdes, los incendios de los pinares aquí no han hecho mella, aparte de que hay menos pinos y el arbolado dominante son los castaños, las encinas y alcornoques.

El Retorcío es uno de los más curiosos castaños, por razones obvias y llama la atención por su peculiar arquitectura


Extremadura es una de las regiones más privilegiadas de España en esta catálogo de árboles memorables, que suponen el orgullo de un país.
Tienen encinas como La Terrona, madroñas, enebros, castaños, robles, tejos, magnolias, plátanos, y olivos como en Ibiza o Ulldecona.

Antonio Gentil con Maribel en uno de los milenarios castaños que se partió por la mitad y sobrevivió


Tengo la suerte de contar con la ayuda y conocimientos del biólogo Antonio Gentil, quien a su vez fue alumno de un personaje malogrado (murió antes de los 50 años) y muy importante para la catalogación, estudio y protección de los árboles singulares: Diosdado Simón.

Diosdado Simón Villares (Torremenga15 de octubre de 1954-Cáceres28 de abril de 2002) fue un investigadorbiólogobotánico, arboricultor y educador ambiental español. Naturalista divulgador de los árboles singulares de Extremadura
 (primer párrafo de la Wikipedia)


El poeta y cantautor Matías Simón cuenta la historia de estos castaños venerables ante la mirada arrobada de un grupo de privilegiados que pudieron escuchar de viva voz anécdotas y secretos familiares (la finca es heredada). Poemas, y canciones en pleno bosque primaveral, con el trasfondo del riachuelo. Momentos irrepetibles, cual aquelarre blanco que nos transportó a cientos de años atrás. Clique en la foto para aumentar



Narro estos detalles más personales porque habría de ser claves en una visita que difícilmente se repetirá. De hecho la presencia humana es nefasta para estos castaños. El amazacotamiento del suelo puede suponer un problema. Y las visitas -no siempre respetuosas- ya han saturado la zona en algunas fechas otoñales.

El biólogo Antonio Gentil, promotor del encuentro mágico con los grandes árboles venerables. Más de mil años de vida, demostrado científicamente
La gran hendidura que partió el castaño no le impidió seguir viviendo



Pero la larga amistad de Gentil con la familia Simón ha obrado el milagro y las puertas se nos ha abierto de par en par. Ahora la finca pertenece a Matías Simón y a su hermana Guadalupe.

Guadalupe Simón tuvo la gentileza de explicarnos los entresijos históricos de Segura de Toro, junto con su hermano Matías Simón.


De manera que así como vamos llegando nos recibe un risueño personaje que enarbola una guitarra como amenaza. Pero no hay tal: Matías Antolín es un poeta del bosque, una especie de druida vetón (celta, como el Panoramix de Astérix) que habla, ama, vive y se identifica con el arbolado milenario que le rodea.


Tras su emotivo recital o aquelarre o ritual, rodeamos a Matías Simón para felicitarle y agradecerle su regalo y que nos haya permitido comulgar con esta selva viva, llena de recuerdos y de historia. En la foto, Maribel y el joven Martín, que no pierde detalle

Los cinco castaños ya son demasiado populares, cada uno con su correspodiente nombre propio: Hondonero, el Bronco, el Menuero, el Retorcío...


El grupo de intrusos visitantes visitamos y saludamos uno por uno a los cinco hermosos ejemplares, impasibles ante la nube de insectos, intrusos o pájaros carpinteros. A unos metros, el arroyo El Temblar los nutre con su fecundidad fiel, al menos durante mil quinientos años.




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Reportaje gráfico de Antonio Gentil.  
Video de la cuenta Alonso Quijano.
La visita ritual fue el 9 de mayo, 2015